PRÓLOGO A ESTOS ANUARIOS DIGITALES
Por
TOMAS URTUSASTEGUI
Una parte importante de las críticas de teatro es que sirven para preservar
la memoria de todo lo que se hace en los escenarios. El teatro es quizás el
arte más efímero que existe. Una escultura se conserva siglos enteros, lo
mismo una pintura, un libro. El teatro vivo, el único verdadero, el que se
hace sobre un escenario, dura muy poco tiempo y desaparece para
siempre. Si no existiera la crítica o la crónica no nos enteraríamos de su
existencia. Y así han desaparecido de la memoria cientos, por no decir
miles de puestas que se han llevado a cabo en nuestro país. Estos grupos no
tuvieron la suerte de que alguien se interesara en ellos y escribiera sobre su
trabajo. Críticos y cronistas están en vías de extinción como muchos seres
de la naturaleza. Muchos estados no cuentan con uno solo de ellos. Los
periódicos han ido suprimiendo todo lo cultural y sobre todo la crítica. No
existe una sola escuela para preparar nuevos escritores que se interesen en
analizar las puestas. Ningún crítico, que yo sepa, vive de su trabajo en
México. Más grave aún es que las críticas y crónicas teatrales igual
desaparecen al poco tiempo de ser publicadas en periódicos, revistas y
otros medios. Muchas de ellas se pueden encontrar en hemerotecas o en los
albumes de los artistas que guardan como currículo, pero estas no llegan al
gran público o a los interesados. Críticos importantes mexicanos nos han
dado a conocer a autores cuando se iniciaron como Usigli, Carballido,
Leñero, Berman, González Dávila y muchísimos más, a actores de la talla
de López Tarso, Guilmain, Montejo, directores como Tavira, Castillo,
Margules. La lista es muy larga ya que incluye también a escenógrafos,
vestuaristas, coreógrafos y demás. Los críticos nos han motivado para ir al
teatro a ver nuevas obras que han quedado ya como clásicas en la historia
del teatro nacional: De la Calle, Cada quien su vida, Debiera haber obispas,
Rosa de dos aromas, Cupo Limitado, El Gesticulador, Máscara contra
cabellera, Los Albañiles, Los Cuervos están de Luto y muchísimas otras.
Estoy hablando de obras de autores nacionales pero igualmente nos han
dado a conocer a autores, directores, grupos y grandes actores extranjeros
que nos han visitado o que viven aquí en México.
Si no fuera por los libros de Olavarría y Ferrari desconoceríamos mucho de
lo que se hacía en el teatro a principios del siglo pasado o de los de Magaña
Esquivel que nos hablan de la mitad del siglo. Pero existen muy pocos
textos comparándolos con la enorme cantidad de puestas en escena no solo
de la capital sino de todo el país.
Todo lo anterior viene a colación para hablar de la gran labor que hace
el crítico teatral y también autor Benjamín Bernal. Y no hablo en pasado
porque sigue reuniendo sus críticas y comentarios. En esta ocasión nos
presenta ocho anuarios, dos por año, dos del 2010, dos del 11,dos del 12 y
dos del 13.
Al examinarlos lo primero que llama la atención es que el autor no acapara
todos los espacios sino que da oportunidad a varios escritores para que
viertan sus reseñas, entre ellos Alejandro Laborie, Perla Schwartz o Mario
de la Reguera.
Lo segundo es que no se trata de hablar solamente de las puestas en
escena sino que abarca un mundo más amplio, eso sí, todo relacionado
con el teatro: premiaciones, fallecimientos como de los muy queridos
Gloria Mestre y Carlos Cobos, homenajes a Fela Fábregas, a Dehesa, a
la Pinal, a Ancira, fiestas, reuniones, convocatorias, presentaciones de
libros, festivales, lecturas en atril, concursos y un sin fin de temas, todos
interesantes, todos atractivos. Y no se contenta con lo que sucede en el D. F.
También nos traslada en sus escritos a varios lugares de la República,
como a Comala de la que escribió un libro. Lo tercero es que está ilustrado
todo con fotos, la mayoría de su autoría o de su hijo.
Al ver este cúmulo de información se pregunta cómo lo logró el autor.
Da la impresión de que siempre está en algún lado viendo obras de
teatro, entrevistando a actores y directores, tomando fotos, escribiendo
en restaurantes o cafés. En la misma semana está en Reynosa, Tamps, en
un encuentro teatral en Cuernavaca, Morelos, en el teatro Milán donde
presenta junto a otros críticos o autores algún libro nuevo, y al día siguiente
lo vemos junto a Silvia Pinal en la Anda y en la noche en el estreno del
Insurgentes. Definitivamente Bernal es incansable. Va a todo, ve todo, sabe
de todo, conoce a todos.
Si usted ama al teatro va a disfrutar enormemente leyendo y viendo las
fotos de Bernal ya que en ellas aparecen infinidad de actores, muchos vivos
y otros desgraciadamente desaparecidos. Los verá y se enterará de lo que
hacen, de lo que quieren, gustan, odia, aman. Ahí están López Tarso, los
Bichir, Yolanda Mérida, José Luis Cuevas, Olga Martha Dávila, Ortiz de
Pinedo, las Reinas Chulas, Jaqueline Andere, el maestro Solé, Jimeno,
Alma Muriel, Marta Zamora, Maricela Lara, Legom, Víctor Hugo Rascón,
Sabina Berman, Leñero, Hugo Argüelles, Cachirulo, Tavira, Solana,
Basurto, Claudia Rios, Carballido. La lista puede abarcar varias páginas.
Una de las labores importantes de Benjamín es el apoyo a los pobres y para
eso formó una Caravana que reparte juguetes a los niños, también su apoyo
a todos los artistas que principian a los que les da espacio en sus páginas,
asiste a sus estrenos y les da orientación.
Algo que debemos saber es que todo de lo que acabo de escribir lo pueden
leer de forma gratuita en el Internet, y lo pueden hacer prácticamente desde
cualquier lugar del mundo.
Yo le agradezco a Benjamín Bernal las muchas notas sobre mi trabajo y en
especial por el seguimiento que hizo de los festejos de mis ochenta años de
edad durante los cuales se escenificaron 207 obras de mi autoría.
Buscaré a Benjamín para darle este escrito, difícil va a ser encontrarlo ya
que nunca está en su casa, está en un teatro, en un cine, en una universidad,
en el campo, viajando o entrevistando a alguien. Lo más seguro es que se
encuentre en la Funeraria acompañando a Nadia Haro Oliva que falleció
el día de hoy. Le doy las gracias en mi nombre y en el de todos los que
aparecen en sus reseñas y también se las doy como lector por haberme dado
muchos momentos de placer al leer sus anuarios.
Enero 2014
Tomás Urtusástegui
como a Comala de la que escribió un libro. Lo tercero es que está ilustrado
todo con fotos, la mayoría de su autoría o de su hijo.
Al ver este cúmulo de información se pregunta cómo lo logró el autor.
Da la impresión de que siempre está en algún lado viendo obras de
teatro, entrevistando a actores y directores, tomando fotos, escribiendo
en restaurantes o cafés. En la misma semana está en Reynosa, Tamps, en
un encuentro teatral en Cuernavaca, Morelos, en el teatro Milán donde
presenta junto a otros críticos o autores algún libro nuevo, y al día siguiente
lo vemos junto a Silvia Pinal en la Anda y en la noche en el estreno del
Insurgentes. Definitivamente Bernal es incansable. Va a todo, ve todo, sabe
de todo, conoce a todos.
Si usted ama al teatro va a disfrutar enormemente leyendo y viendo las
fotos de Bernal ya que en ellas aparecen infinidad de actores, muchos vivos
y otros desgraciadamente desaparecidos. Los verá y se enterará de lo que
hacen, de lo que quieren, gustan, odia, aman. Ahí están López Tarso, los
Bichir, Yolanda Mérida, José Luis Cuevas, Olga Martha Dávila, Ortiz de
Pinedo, las Reinas Chulas, Jaqueline Andere, el maestro Solé, Jimeno,
Alma Muriel, Marta Zamora, Maricela Lara, Legom, Víctor Hugo Rascón,
Sabina Berman, Leñero, Hugo Argüelles, Cachirulo, Tavira, Solana,
Basurto, Claudia Rios, Carballido. La lista puede abarcar varias páginas.
Una de las labores importantes de Benjamín es el apoyo a los pobres y para
eso formó una Caravana que reparte juguetes a los niños, también su apoyo
a todos los artistas que principian a los que les da espacio en sus páginas,
asiste a sus estrenos y les da orientación.
Algo que debemos saber es que todo de lo que acabo de escribir lo pueden
leer de forma gratuita en el Internet, y lo pueden hacer prácticamente desde
cualquier lugar del mundo.
Yo le agradezco a Benjamín Bernal las muchas notas sobre mi trabajo y en
especial por el seguimiento que hizo de los festejos de mis ochenta años de
edad durante los cuales se escenificaron 207 obras de mi autoría.
Buscaré a Benjamín para darle este escrito, difícil va a ser encontrarlo ya
que nunca está en su casa, está en un teatro, en un cine, en una universidad,
en el campo, viajando o entrevistando a alguien. Lo más seguro es que se
encuentre en la Funeraria acompañando a Nadia Haro Oliva que falleció
el día de hoy. Le doy las gracias en mi nombre y en el de todos los que
aparecen en sus reseñas y también se las doy como lector por haberme dado
muchos momentos de placer al leer sus anuarios.
Enero 2014
Tomás Urtusástegui
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2011
2012
2013
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Autores
Textos: Benjamin Bernal, Presidente de la
Agrupación de Periodistas Teatrales.
Agrupación de Periodistas Teatrales.
Fotografias: Alex Bernal et al
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